Starling Bank y Currencycloud: potenciamos el crecimiento internacional de las pequeñas empresas
Un poco de historia
Starling Bank y Currencycloud ya llevan varios años trabajando codo con codo, dado el objetivo común de usar la tecnología para que todas las empresas internacionales tengan las mismas oportunidades. Currencycloud lanzó Currencycloud Spark en el 2020. Esta cartera digital multidivisa permite a los clientes recibir, pagar, retener y convertir hasta 34 divisas en una misma cuenta. En Starling, han usado esta solución para añadir cuentas locales en USD a las que ya ofrecían en GBP.
El desafío planteado
En el Reino Unido, las pymes nunca han recibido todos los servicios de banca disponibles. Los bancos tradicionales están pensados para ofrecer sus servicios a grandes corporaciones, pero son las pymes las que representan más del 90 % del tejido empresarial de todo el mundo. Generan un 70 % de los puestos de empleo y suponen un 50 % del PIB en países desarrollados, además de aproximadamente un 30 % de las importaciones globales. Podemos decir que son el motor de la economía.
Ahora, las pymes están iniciándose en las operaciones internacionales. Según un estudio reciente de Sage and Capital Economics, las implicaciones económicas del COVID-19 han hecho que el 67 % de las pymes empiecen a operar internacionalmente o se lo estén planteando.
No obstante, los cargos ocultos y explícitos de los bancos, así como el desconocimiento del coste real de las operaciones de cambio, dificultan el crecimiento empresarial. A su vez, el nivel de deuda por pagos atrasados pone en riesgo el éxito de muchas pymes.
A muchas les gustaría abrirse al mercado global. ¿Cómo podemos ayudarlas con los pagos y cobros internacionales?
La asociación
El pilar de la colaboración entre Currencycloud y Starling es la tecnología que usamos para simplificar el trabajo de las pymes.
En la actualidad, si una pyme quiere hacer un pago internacional a través de un banco tradicional, tiene que enfrentarse a un proceso poco claro, largo y costoso.
Veamos el ejemplo de una pyme del Reino Unido que factura pagos a un cliente de Estados Unidos. Esta empresa británica emite una factura en GBP, que es su moneda local, pero la empresa estadounidense paga en USD. Es probable que el cliente estadounidense deba acudir a una sucursal para hacer el pago y hacer frente a altos tipos de cambio y otros cargos.
Además, lo que reciba la pyme del Reino Unido no será lo que han enviado, ya que durante el proceso de pago internacional un banco intermediario puede cobrar una comisión por procesarlo. Asimismo, el banco receptor de la pyme también podría cobrar una comisión similar por reconocer el pago internacional. Este es el motivo por el que la conciliación de cuentas se convierte en una pesadilla para las pymes, sin olvidarnos de que pierden parte de su facturación.